Acá manda papá

Sábado por la tarde, faltan 3 fechas para el final del Clausura de la B Metropolitana. Temperley y Los Andes buscaban recuperar un poco el honor, y "salvar" el año en el final de un torneo que parece que los deja fuera del reducido. Temperley llegaba con 3 puntos de ventaja en la general, ganando el clásico se prendía en la lucha del 8 puesto de la general.

El marco, digno de Primera A, dejaba ver 8.000 hinchas celestes y otros 8.000 locales para llegar a la nada despreciable suma de 16.000 personas y una recaudación de casi 53.000 pesos.

Los Andes de buen torneo Clausura (quedo 3 después del triunfo), fue castigado por su pésimo Apertura y su pésima racha de 4 partidos empatados sobre la hora, a pesar de sus 13 partidos consecutivo invicto.

El milrayitas dominó la 1 parte y con el buen manejo de balón de Grana por derecha, el sacrificio de Ruiz Díaz y el desenfado de Castagnino tuvo al celeste contra las cuerdas. Promediando los 35 minutos, el lateral derecho de Temperley le cometió un claro penal a Castagnino bien sancionado por Zechillo. Vega, hasta ese momento errático, actuó como el goleador que es y sin titubear cambió el penal por gol. A partir de ese momento Los Andes se conformo con su corta diferencia y reguló lo que quedaba del PT.

En el ST todo cambio. Temperley herido en su orgullo y en sus chances de seguir en carrera salió con todo y tuvo varias chances para empatarlo, sobre todo un tiro libre de su número 10 que se estrelló contra el travesaño. El aprtido se le complicaba al milrayitas y en una contra luego de un gran pase de Colliard y una gran corrida de Vega, trapito definió y sentenció el resultado. El cele salió con todo y luego de un foul de Di Benedetto, Pasquinelli convirtió un penal que le dio forma al 2 a 1 final.

Por segundo año consecutivo Los Andes se queda fuera del reducido, y Temperley sigue sus pasos. Una lástima que 2 de los equipos más grandes de la categoría y 2 de los que más invierten estén tan lejos de la pelea. Los Andes se acercó un poco pero sobretodo le cortó al última chance a su eterno rival, consuelo de pobre... pero papá volvió a poner las cosas en su lugar.